El garaje de una vivienda se emplea para múltiples tareas: desde guardar vehículos, pasando por el almacenaje de cajas u objetos con utensilios que ya no se usan más, como de taller de bricolaje o de sala para jugar. Este espacio, por poco o mucho que se use, debe presentar una adecuada iluminación para poder desempeñar las funciones con normalidad. No obstante, no deberíamos pasarnos con tantas luces, hay que moderar el consumo con tal de ahorrar en la factura de la luz. En este artículo os dejamos con un par de consejos para un perfecto alumbrado:
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Coloca las luces de acuerdo con las dimensiones del espacio que dispongas:
No todas las plazas tienen la misma distribución y características, por lo que es importante centrarse en la particular y analizar los puntos fuertes y débiles. La iluminación debe ir acorde a las medidas. Si resulta ser un espacio pequeño solo necesitamos una luz general para obtener una óptima visibilidad. Para este caso en particular, las lámparas de techo redondas o las luces fluorescentes pueden ser una apuesta acertada para dar vida al garaje.
Por el contrario, si se trata de una plaza de garaje grande será mejor contar con una instalación eléctrica que ofrezca la posibilidad de incorporar muchos focos en las paredes o techos.
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Modera según el uso de los espacios
Es decir, si se trata de un garaje que también dispone de materiales para realizar trabajos de bricolaje, lo mejor es colocar en esas zonas una luz blanca, que ayuda a la concentración y cansa menos la vista. Si por el contrario, la plaza en el que hay recreativos o se usa para juegos o bar, la luz neutra se adapta mejor al espacio.
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Ilumina también el suelo y las paredes del garaje
Esto no significa que existe un gasto mayor, sino que te va permitir una mayor visibilidad. Los garajes suelen ser espacios muy oscuros en donde no se percibe casi nada. El hecho de diseñar una instalación lumínica en el suelo y las paredes puede servir de guía a la hora de aparcar el vehículo de noch. En el suelo, además, las luces no crean sombras, por lo que no se acotará el campo de visión. Puede llegar a ser una idea muy práctica.
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Instala una instalación de luz con sensores de movimiento
Supone una muy buena recomendación que puede ayudar a un ahorro energético, además de molestias a la hora de bajar del vehículo, pues los sensores de movimiento se activan en el momento en el que detecta la presencia de alguien en el espacio. En el momento en el que se va la persona o ya no la identifica, se apagan de manera automática. Por lo tanto, este mecanismo inteligente puede salvarnos de despistes en los que dejamos sin querer la luz del garaje encendida y no nos percatamos hasta el día siguiente.
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Súbete al carro del ahorro y la eficiencia energética
Las luces de bajo consumo o LED, que suelen costar un poco más que las convencionales, pueden ahorrarnos hasta un 30% nuestra factura de luz. Puede que el desembolso inicial suponga un problema, pero todo ese dinero se verá recuperado a largo plazo. Al precisar menor combustible, gastan menos electricidad y, por lo tanto abaratan los recibos eléctricos.
Otro aspecto a tener en cuenta en este tipo de luces es que contribuye a que el usuario realice una acción responsable y consecuente con el medio ambiente, puesto que se trata de un sistema que no precisa la misma potencia que las demás y, por lo tanto, garantizan un ecosistema limpio y menos contaminante.